El muérdago es una planta medicinal que se ha empleado con el objetivo de estimular el sistema inmunitario, reducir la ansiedad y mejorar la salud cardiovascular. ¿Cómo se utiliza? ¡Descúbrelo!
El muérdago, cuyo nombre científico es Viscum album, es una planta con bayas, hojas y tallos que se aprovechan con fines medicinales. Aunque se estima que hay alrededor de 1300 especies, el muérdago europeo es el más común cuando se trata de mejorar la salud.
Según una publicación en la enciclopedia farmacéutica Drugs, es una especie hemiparasitaria que crece sobre árboles hospedantes como el roble, el abedul y el manzano. Esto quiere decir que, aunque la fotosíntesis del muérdago es independiente, obtiene agua y nutrientes de su hospedador.
Ahora bien, desde la antigüedad también ha hecho parte de ceremonias y leyendas. No solo es un símbolo de la época invernal, sino que se usó en rituales para la fertilidad y como terapia contra enfermedades. ¿Qué dice la ciencia sobre sus beneficios? Te lo contamos a continuación.
BENEFICIOS DEL MUÉRDAGO PARA LA SALUD
Un artículo publicado a través de la revista médica Archives of Pharmacal Research expone que el muérdago ha sido estudiado por su composición medicinal. La misma, que incluye sustancias como lectinas, flavonoides, ácidos fenólicos, esteroles, lignanos, terpenoides, alcaloides y ácidos grasos, entre otros, le confiere las siguientes propiedades:
- Inmunomodulador.
- Hepatoprotector.
- Neuroprotector.
- Antimicrobiano.
- Antifúngico.
- Antiinflamatorio.
- Protector cardíaco.
- Antidiabético.
Ahora bien, pese a las investigaciones, por ahora no hay suficientes evidencias para afirmar su eficacia y seguridad. De todos modos, el estudio mencionado concluye que, a futuro, el muérdago puede ser la base de nuevas terapias complementarias para apoyar el tratamiento de varias enfermedades. ¿Qué beneficios se le atribuyen?
SALUD MENTAL
Los remedios herbales no son un tratamiento de primera elección a la hora de abordar los problemas de salud mental. Aún así, en algunos casos se consideran un coadyuvante para mejorar los estados de ansiedad, estrés e insomnio. Respecto a esto, un estudio publicado en Integrative Cancer Therapies hizo algunos hallazgos.
En la investigación, los extractos de muérdago europeo fueron útiles para reducir la sensación de fatiga, el agotamiento, la depresión y la ansiedad en pacientes con cáncer. Esto se debe a que los compuestos químicos de la hierba estimulan la liberación de los neurotransmisores que calman el sistema nervioso.
CÁNCER
De todas las plantas asociadas con efectos positivos contra el cáncer, el muérdago ha sido una de las más investigadas. Entidades como el Instituto Nacional del Cáncer exponen que los extractos de esta planta suponen una de las terapias complementarias con más evidencia respecto a sus efectos anticancerígenos.
Los hallazgos sugieren que el muérdago tiene componentes que contribuyen a inhibir la proliferación de las células cancerosas. Incluso, parece ser que en algunos casos ayuda a eliminar las células malignas existentes.
Metaanálisis, como uno divulgado en BMC Complementary Medicine and Therapies, concluyen que la planta mejora la calidad de vida de pacientes con esta enfermedad. En particular, hay beneficios para la salud mental y se disminuyen síntomas como las náuseas y el dolor.
Entre tanto, investigaciones previas también determinaron que la planta tiene potencial para mejorar los recuentos sanguíneos y reducir el tamaño de los tumores. Aún así, el Instituto Nacional del Cáncer expone que son necesarios más ensayos clínicos. Además, aclara que aún no está aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA).
SISTEMA INMUNITARIO
Vinculado al beneficio anterior, cabe destacar que el muérdago se ha valorado por su capacidad inmunomoduladora. Varios estudios, como uno divulgado en Phytotherapy Research, encontraron que el muérdago europeo mejora la respuesta inmune en pacientes con cáncer. Además, en la prueba fue un tratamiento bien tolerado.
Aunque gran parte de las investigaciones se han enfocado en su efecto inmunomodulador contra el cáncer, datos anecdóticos exponen que también aumenta las defensas en adultos sanos. De este modo, disminuye el riesgo de infecciones virales comunes, como la gripe y el resfriado.
DIABETES
En la medicina tradicional, el muérdago y sus extractos se emplean como coadyuvantes para regular los niveles de glucosa en la sangre. Sobre esto, una investigación publicada en Journal of Endocrinology determinó que la planta tiene compuestos que estimulan la secreción de insulina en las células pancreáticas. Por tal razón, se considera antidiabética.
INFLAMACIÓN
Un sinnúmero de enfermedades se asocian a las alteraciones de los procesos inflamatorios del cuerpo. El muérdago, según la literatura popular, tiene la capacidad de reducir la inflamación. Si bien son necesarios más ensayos clínicos, hay evidencias científicas que respaldan estas propiedades.
Un estudio en Iranian Journal of Pharmaceutical Research concluye que la planta tiene potencial antiinflamatorio y antioxidante. Incluso, sugiere investigarlo como un posible candidato contra enfermedades como la artritis reumatoide.
Entre tanto, una publicación en BMC Complementary and Alternative Medicine sugiere que los extractos de muérdago relajan el músculo vascular e intestinal, lo que favorece el alivio de problemas gastrointestinales asociados a la inflamación, como los espasmos.
PRECAUCIONES Y EFECTOS SECUNDARIOS DEL MUÉRDAGO
Para la mayoría de adultos sanos, el uso moderado de muérdago no supone un problema. Algunos efectos secundarios abarcan dolores de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, presión arterial baja y mareos. No obstante, estos suelen darse por una ingesta excesiva de la planta.
En las pruebas hechas con muérdago inyectable sobre pacientes con cáncer se ha determinado que provoca dolor e inflamación en el sitio de la inyección. De todos modos, es un tratamiento no aprobado y, por tanto, es probable que no esté entre las opciones terapéuticas.
La planta está contraindicada en los siguientes casos:
- Embarazo y lactancia.
- Pacientes con tumores cerebrales primarios o secundarios.
- Pacientes con leucemia o linfoma maligno.
- Personas que estén bajo tratamiento con anticoagulantes, antidepresivos, medicamentos para enfermedades cardíacas o para la presión arterial alta.
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