¿QUÉ ES LA ANGIOGÉNESIS?
En pocas palabras: la angiogénesis es el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos capilares en el cuerpo. Es un proceso natural importante que se utiliza para la curación y la reproducción. El cuerpo controla la angiogénesis produciendo un equilibrio preciso de factores inhibidores y de crecimiento en los tejidos sanos.
Cuando se altera este equilibrio, el resultado es demasiada o muy poca angiogénesis. El crecimiento anormal de los vasos sanguíneos, ya sea excesivo o insuficiente, ahora se reconoce como un “denominador común” subyacente a muchas afecciones mortales y debilitantes, que incluyen cáncer, enfermedades de la piel, ceguera relacionada con la edad, úlceras diabéticas, enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales y muchas otras. La lista de enfermedades que tienen la angiogénesis como mecanismo subyacente aumenta cada año.
ANTIANGIOGÉNESIS COMO ESTRATEGIA CONTRA EL CÁNCER
Ya en la década de 1970, el Dr. Judah Folkman de la Escuela de Medicina de Harvard sugirió inhibir la formación de nuevos vasos sanguíneos como una forma de combatir el cáncer.
El tejido maligno se vería privado de su suministro de oxígeno y nutrientes, además de ser incapaz de eliminar los desechos metabólicos. Esto, a su vez, inhibiría la progresión tumoral y la progresión metastásica que acompaña a la mayoría de los cánceres avanzados. Estos son los pasos principales del proceso angiogénico que se pueden interrumpir:
- Inhibición de factores angiogénicos endógenos, como bFGF (factor básico de crecimiento de fibroblastos) y VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular)
- Inhibir las enzimas degradativas (metaloproteinasas de matriz) responsables de la degradación de la membrana basal de los vasos sanguíneos.
- Inhibir la proliferación de células endoteliales
- Inhibir la migración de células endoteliales
- Inhibir la activación y diferenciación de células endoteliales.
Sin embargo, el desafío es desarrollar un factor antiangiogénico que no afecte la vasculatura existente.
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